Es la primera tecnología efectiva que se descubrió para solucionar problemas de cálculos urinarios con técnicas mínimamente invasivas. Es recomendada para fragmentar las piedras hasta 2 cm en riñón y 1 cm en uréter con dureza hasta 1000UH (la tomografía nos proporciona éste resultado).
Este procedimiento consiste en estar acostado en una camilla especial con visualización fluoroscópica o ecográfica, se aplica anestesia para su sedación y se genera ligeros golpes en la región lumbar totalmente tolerable. El tiempo promedio es de 90 minutos y luego puede ir a su casa.
Es importante recoger los fragmentos que salen en la orina para que el laboratorio nos diga la composición, tomar bastante líquido y mucho movimiento del paciente. Al transcurrir 10 días se aconseja la realización de una radiografía de control para confirmar el éxito terapéutico.
Las tecnologías para solucionar los cálculos no evitan futuras apariciones de los mismos, por lo que, es indudable que el paciente deba seguir un control con su urólogo y así conocer el origen del problema para poder realizar el tratamiento preventivo o profiláctico adecuado.
