Es un procedimiento mínimamente invasivo que sirve para pulverizar los cálculos que están en el conducto, sea uretra, uréter, pelvis o cálices renales con endoscopios (instrumentos) semirrígido o flexible y energía láser holmium.
Es una técnica totalmente bondadosa de rápida recuperación, que en ciertos casos puede ser hasta ambulatorio. Por razones de óptima recuperación, dejamos al paciente en observación en la clínica entre 18 a 24 horas, es sin cicatriz con altísima tasa de éxito, siendo la primera opción cuando no hay posibilidades de que las piedras salgan de manera espontánea.